Los mapas de calor se suelen utilizar para ilustrar
- Mediciones, por ejemplo imágenes térmicas o distribuciones en mapas de densidad de población o
- Evaluaciones, por ejemplo de los resultados de correlaciones (de efectos), como en los análisis de puntos calientes.
Esta forma de representación gráfica aprovecha el hecho de que los espectadores asocian intuitivamente las temperaturas crecientes de frío a calor con determinadas secuencias de colores, por ejemplo azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Esto puede interpretarse en un paso de asociación posterior, dependiendo del contexto, por ejemplo como "importancia creciente".
Sin embargo, dado que es posible establecer diferentes asociaciones de colores con temperaturas en función de referencias técnicas o grupos culturales, los colores deben asignarse directamente a las clasificaciones en una leyenda. Por ejemplo: Amarillo = importancia baja, Naranja = importancia media, Rojo = importancia alta.