Un certificado IFS tiene una validez máxima de 12 meses. Para obtener un nuevo certificado antes de que expire, debe realizarse una auditoría in situ. Sin embargo, en tiempos de COVID-19, dicha auditoría no es posible en algunos centros. Para conocer las opciones que tienen los centros afectados, véase más abajo.

"Esta empresa certificada puede fabricar un producto seguro de acuerdo con las especificaciones del cliente": este es el principio rector del IFS. Para ser fiel a esta frase, el IFS ha decidido no introducir una opción de auditoría totalmente a distancia. Esto se debe a que, según el IFS, una evaluación a distancia no puede proporcionar una declaración fiable sobre los puntos de "higiene y buenas prácticas de fabricación". Para los centros que no pueden permitir la entrada de personas externas debido a la pandemia de COVID-19, esta actitud conlleva dificultades para mantener la certificación IFS. El IFS es consciente de ello y, por ello, ha publicado un documento en el que se explica el enfoque del IFS con respecto a la COVID-19.

¿Qué hacer si no se puede realizar una auditoría in situ?

Si no se puede seguir el procedimiento estándar, el IFS recomienda seguir los siguientes pasos

1. Revisar caso por caso

El IFS no renovará el certificado IFS si no es posible realizar una auditoría de recertificación programada. En este caso, el IFS recomienda encarecidamente que la empresa cuyo certificado expira se ponga en contacto con sus clientes y con el organismo de certificación para discutir cómo manejar la situación.

2. Transparencia en la base de datos del IFS

El IFS apoya este proceso proporcionando la transparencia necesaria sobre el estado del certificado IFS en la base de datos del IFS. Al principio de la pandemia de COVID-19, el IFS implementó una función de notificación de COVID-19 en la base de datos del IFS para identificar las auditorías que no se produjeron y se pospusieron debido a COVID-19. La notificación de COVID-19 la realiza el organismo de certificación responsable de la auditoría. Esto proporciona visibilidad de los certificados y auditorías afectados por la pandemia de COVID-19.

3. Evaluación del riesgo mediante el Control de Vigilancia Remota IFS

En el caso de que un certificado caduque, el IFS recomienda que los proveedores y los clientes realicen una evaluación de riesgos y, en base a ella, decidan cómo mantener la cooperación y la cadena de suministro. Otro punto importante a tener en cuenta al realizar la evaluación de riesgos es la consideración fundamental de si la colaboración entre proveedor y cliente puede continuar sin un certificado IFS. Los factores importantes que deben incluirse en esta consideración son el número de retiradas, la calidad de la cooperación y muchos otros puntos que sólo los proveedores y los clientes pueden responder juntos.

El certificado IFS es una parte importante de la cooperación, pero no es el único criterio para saber si una relación con un proveedor funciona. Tras una exhaustiva evaluación de riesgos, es posible añadir una notificación COVID-19 a un certificado que ha expirado. El certificado caducado seguirá siendo visible.

Además, IFS ofrece la herramienta IFS Remote Surveillance Check para esta evaluación de riesgos. Se trata de una opción voluntaria que no está acreditada ni reconocida por la GFSI. Se trata de revisar los documentos clave del sistema de gestión de forma remota.

4. Comprobación de las prácticas correctas de fabricación sin previo aviso

La cuestión crítica de si un fabricante puede producir un producto seguro según las especificaciones del cliente sigue siendo el centro de las buenas prácticas de fabricación y la higiene en la producción de alimentos. La gran mayoría de los fabricantes de alimentos han mantenido la producción durante la pandemia de COVID-19. Las materias primas se entregan y el personal externo tiene acceso a las instalaciones de producción para mantener el equipo o realizar actividades de control de plagas. Por lo tanto, generalmente es posible inspeccionar las instalaciones, tomando las precauciones necesarias. En estos casos, un auditor también puede realizar una visita para ver las instalaciones de producción y verificar que se respetan los principios de buenas prácticas de fabricación e higiene.

Para ello, el IFS ofrece un Control GMP sin previo aviso. Se trata de una opción voluntaria, no acreditada y no reconocida por la GFSI, para comprobar el cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación e higiene en la producción. El chequeo GMP responde a la pregunta de si la producción es segura. Para realizar una comprobación de las BPF sin previo aviso del SFI, sólo es necesario que esté presente el personal del área de producción, así como los empleados que gestionan la producción. La comprobación GMP sin previo aviso es una opción posible cuando no se puede realizar una auditoría de certificación IFS completa, por ejemplo, porque los empleados cruciales* trabajan desde casa con acceso a los documentos y registros.

5. Evaluación de la certificación IFS

Una vez que las auditorías normales y la certificación según las normas/programas IFS son posibles, el IFS recomienda encarecidamente que se realice una auditoría de certificación IFS completa.

El documento completo sobre el enfoque del IFS respecto a COVID-19 puede consultarse aquí.

La información completa sobre las opciones de auditoría a distancia del IFS puede consultarse aquí.

Autor
Constanze Illner

Constanze Illner (she/her) is Research and Communications Officer in the area of sustainability and food safety. In this position, she keeps an eye on all important developments in this context and informs our clientele in a monthly newsletter. She also moderates the annual Sustainability Heroes conference.

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